Font Diaz

Reflexiones

Font Diaz. Barcelona 2021.

El Arte necesita soledad y pasión. No es un algo; es un camino que se va trazando en medio de la nada. Tampoco es un espejo en el que reflejar el mundo, sino una manera de estar buscando más allá de este mundo en el que el artista, a menudo, no se siente integrado.

Ordenando el caos- Durante la ejecución de mi obra, tomo múltiples decisiones, hago y deshago. A veces, es tratar de eliminar los rastros de realidad. Otras veces en cambio, trato de ordenar el caos, aunque también me recreo en el caos. Es como ir al encuentro de "la perfecta imperfección". Para mi, tanto vale organizar el desconcierto, como desmontar el orden establecido. No trato de plasmar la perfección, sino que trato de que el mundo pueda entenderse desde otro punto de vista, más allá de su propia confusión.

A menudo el arte trata de abrir los ojos a los que no entienden y cerrarlos a los que creen entender. Como decía Paul Klee: "El arte no reproduce lo que es visible, sino que hace visible aquello que no siempre lo es".


Pintar es un acto íntimo, capaz de modificar todos mis sentimientos y mis percepciones. Me hace trascender ...traspasar esa corteza que hace de muro y sumergirme dentro de un misterio que en último término podrá revelarse, o no, a los ojos del espectador.

"Veo el arte y la literatura como un posible ensanchamiento de horizontes hacia la libertad" -Joan Brossa

Si de una obra de arte sólo somos capaces de admirar la técnica, no vamos a traspasar ese muro que nos impide percibir las sensaciones que pertenecen a otros sentidos. La pintura es poesía que se expresa a través de la forma y del color. De la misma manera que con la poesía, no se trata de entenderla sino de sentirla. Ha de haber una predisposición. Son artes que representan un acto íntimo que encierra "un mensaje oculto" que es privativo de cada cual y que se desvela al alcance de quien lo descubre >>

"El arte nos hace libres y nos permite explorar otros mundos menos hostiles"


El haber permanecido prácticamente encerrado en mi estudio durante todo este periodo, me ha servido de acicate para profundizar en mi trabajo y encontrar nuevos cauces de expresión. La obra que he estado realizando en estos últimos tiempos está inspirada en La Naturaleza en su sentido más primigenio. Concretamente en la Tierra.

Mis sensaciones acerca de la naturaleza no se representan de una manera figurativa, sino más bien todo lo contrario. He querido liberar al paisaje de todos sus tópicos, simplificando, abstrayendo y realzando aquello que brota de su origen. Algo así como una expresión desde lo hondo, liberado a través de pinceladas y velados que van surgiendo de forma muy espontánea, de forma que no pierdan ni su esencia ni su frescura.


Como se hacía antaño, siempre me ha interesado participar en el desarrollo de mi obra desde buen comienzo y en su totalidad. Eso incluye mi selección de telas, el montaje de bastidores, preparación de los materiales... Mi pintura no es intelectual.

Aún cuando al inicio sobre la superficie blanca existe esa etapa de reflexión previa, hay un momento en el que la materia y el color inician una especie de viaje vertiginoso hacia la meta. La fuerza misma es la base que inunda todo. Un clima de agitación y esfuerzo que te posee y te mantiene inmerso. Es un estado que no se puede controlar: agota pero al mismo tiempo es placentero